Hace unos años me diagnosticaron Fibromialgia, tenía en ese entonces muchísimos dolores en mi cuerpo, me sentía rígida, sin posibilidades de moverme.
En ese entonces estaba iniciándome con mis clases de yoga como instructora, Me sentía mal, triste, imposibilitada para moverme, pensaba: ”como voy a guiar a mis alumnos con estos dolores en mi cuerpo”.
Nunca deje las clases de yoga, tanto tomándolas como alumna, como guiándolas como profe, si tome mis momentos de pausa y cuidado del cuerpo, comencé a agudizar mucho más mi actitud de auto-observación en la práctica, y por sobre todo deje que el yoga siguiera resonando en mi una vez que concluían mis clases en la sala.
"Me dejé deslizar hacia el Yoga."
También recurrí al profesional que supo guiarme y acompañarme en este proceso, siempre con mucho respeto sobre lo que sentía pude salir de estados de dolor agudos y paralizantes.
Hay varios estilos y escuelas de YOGA, no todos los que padecen FB pueden hacer quizás prácticas de yoga completas, lo que si creo por lo que yo viví y experimento es que pueden acercarse a la disciplina poco a poco y encontrar en los movimientos suaves y conscientes un alivio para la rigidez y el dolor, al igual que la práctica de las respiraciones y de la meditación pueden ser verdaderos aliados.
Por supuesto que todos somos diferentes y también hay distintos grados en la enfermedad, solo queria contarte mi experiencia y decirte que el yoga puede acompañarte y ayudarte mucho mas de lo que imaginas.
Ojala mi testimonio te ayude. No te sientas solo, no te sientas sola.
Namaste.
"El Yoga siempre fue y es mi refugio."